La familia dePax, un perro labrador de 13 años no planeaba incluir en su hogar a otra gatita, pero la vida parecía tener otro destino. Un día, una pequeña felina encontró la manera de llamar su atención y logró entrar a su hogar, encontrando lo que tanto esperaba, un lugar seguro.
Al parecer, Morgan, la madre de Pax, escuchó los pequeños maullidos de la gatita que provenían de los árboles que quedan detrás de su granja.
Morgan comentó a Love Meow:
«Llevamos a uno de nuestros gatos a donde estaba llorando y olfateó a la gatita».
La pequeña gatita a la que llamaronPolly, estaba sola, desesperada y pedía ayuda a gritos, por lo que Morgan decidió llevarla a su hogar y ponerla en una cama cómoda. Allí empezaron a alimentarla con un biberón durante todo el día, y la gatita parecía estar muy agradecida.
Morgan continuó:
«No podía ver nada y estaba cubierta de pulgas. Pax la amó desde el primer día».
Luego de una buen baño, Pax tuvo la oportunidad de conocer a Polly, y desde aquel momento ambos crearon un vínculo muy especial. La gatita no lo pensó dos veces y se acurrucó junto a Pax para tomar una gran siesta y poder descansar tranquilamente.
Cada vez que llegaba la hora de la comida, Pax supervisaba sus movimientos y esperaba hasta que Polly terminara de comer para acicalarla y acompañarla.
La amorosa Polly pronto se encariñó mucho con su nuevo amigo, y cuando empezó a caminar lo seguía por todos los rincones de su hogar. Prácticamente estaba creciendo bajo los cuidados y enseñanzas de su amigo Pax, por lo que su comportamiento se asemejaba a los de un perro.
Morgan agregó:
«Ella actúa como un perrito porque los otros gatos la evitaron durante algunas semanas, así que todo lo que tenía era Pax, mi esposo y yo. Pax y Polly hacen todo juntos».
A medida que Polly iba creciendo, el vínculo entre ellos se hacía más fuerte y lo demostraban con cada acción que realizaban de forma compartida.
Por lo general, al perro mayor le gusta compartir su cama con la gatita y la deja jugar con todos sus juguetes para que se divierta. Pax se ha encargado de enseñarle muchos trucos caninos, es muy paciente y ha aprendido a soportar y tolerar todas las travesuras de Polly.
Morgan comentó:
«Le encanta correr a la velocidad de la luz y saltar con pértiga».
En ciertas ocasiones, cuando Pax sale a dar un paseo, Polly se queda esperando en la puerta hasta que su amigo regresa a casa. Si por algún motivo, Pax se demora en volver, Polly le “ladra” para advertirle que se está demorando mucho y se apure para regresar.
La encantadora gatita en realidad cree que en parte tiene un instinto canino y todo gracias a las enseñanzas de su mejor amigo.
En las mañanas, generalmente se les puede ver sentados disfrutando de la vista a través de la puerta principal y tomando un poco de sol. Ralamente son inseparables, disfrutan del tiempo que están juntos, y seguramente seguirán compartiendo muchas aventuras a lo largo de sus vidas.
La diminuta gatita se ha convertido en una hermosa gata joven, llena de amor para dar. Está muy agradecida por la ayuda que recibió y adora a todos los miembros de su familia, especialmente a su compañero incondicional Pax.